Fiebre y telemedicina: ¿cuándo consultar en línea?
La fiebre es uno de los síntomas más comunes que alertan al cuerpo sobre una posible infección o inflamación. Aunque suele generar preocupación, no siempre es señal de algo grave. En muchos casos, especialmente cuando no está acompañada de otros síntomas alarmantes, puede manejarse de forma segura desde casa con la ayuda de la telemedicina.
¿Qué es la fiebre y por qué aparece?
Se considera fiebre cuando la temperatura corporal supera los 38 °C. Es una respuesta natural del sistema inmunológico ante infecciones, mayormente virales, como el resfriado común o la gripe.
La fiebre ayuda al cuerpo a combatir agentes infecciosos, por lo que no siempre es necesario bajarla de inmediato, a menos que cause mucho malestar o supere ciertos umbrales.
¿Cuándo se puede atender la fiebre por telemedicina?
La telemedicina es una herramienta segura y eficaz para evaluar casos de fiebre cuando no hay signos de alarma, como por ejemplo:
- Fiebre moderada (hasta 39 °C) sin otros síntomas graves.
- Malestar general sin dificultad para respirar.
- Casos en los que ya hubo fiebre antes y se necesita seguimiento.
- Duda sobre el uso de medicamentos antipiréticos.
- Fiebre en niños mayores de 6 meses sin otros signos preocupantes.
Un profesional de la salud puede evaluar los síntomas en línea, recomendarte el tratamiento adecuado, recetar medicamentos si es necesario y orientarte sobre cómo vigilar la evolución en casa.
Señales de alarma: cuándo acudir presencialmente
Aunque la fiebre puede tratarse de forma remota en la mayoría de los casos leves, hay situaciones que requieren atención médica presencial inmediata:
- Dificultad para respirar o sensación de ahogo.
- Dolor en el pecho.
- Fiebre persistente por más de 3 días.
- Convulsiones asociadas a la fiebre.
- Somnolencia excesiva o desorientación.
- Fiebre en bebés menores de 3 meses.
- Aparición de manchas en la piel, rigidez en el cuello o vómitos intensos.
Beneficios de la telemedicina ante la fiebre
- Atención rápida sin salir de casa.
- Reducción del riesgo de contagio en salas de espera.
- Comodidad para familias con niños.
- Seguimiento en tiempo real si los síntomas evolucionan.